¿Mala suerte?

Es muy común que frente a situaciones adversas o difíciles culpemos a la suerte. Hoy día se habla del "karma" o del "destino" como maneras de llamar al curso que da nuestra vida. Sin embargo, creo que hay algo más allá que la pura predestinación detrás de lo que nos acontece día con día. Eso que considero como más profundo es la voluntad de Dios.

En un tiempo pasado consideraba que cada prueba o cosa mala que me pasaba tenía que ver con mi mala suerte, con que "nada me sale bien" o, simplemente, con que "este mundo no se hizo para mí". Al cabo de muchas caídas y vueltas a levantar entendí algo muy importante: Dios no deja nada por alto y todo lo contempla para nuestro bien. También comprendí que buena parte de mi mala suerte estaba relacionada con mi necedad de querer hacer las cosas a mi manera y no tomarme el tiempo para pedirle a Dios y escuchar lo que él quería de mí. Fue sino hasta que deje parte de mis decisiones en las manos de Dios que muchas cuestiones comenzaron a solucionarse.

Últimamente he enfrentado situaciones negativas y como es usual empecé a tener pensamientos bastantes negativos sobre las cosas. ¿Será que ha vuelto la mala suerte? ¿Qué pasa con mi vida?, etc., etc., etc. De vuelta a esa mala costumbre de ver el lago gris (o mas bien negro) de las cosas. Pero acá recae de nuevo una llamada de atención: en primer lugar, no toda va tan mal, y, segundo, como todo, estos inconvenientes tienen un propósito ulterior: enseñarme una lección y ponerme los pies en la tierra.

Dios es un padre misericordioso y nada pasa por gusto frente a sus ojos. Cuando en el pasado viví momentos muy duros, él estuvo todo el tiempo presente. Ahora que lo veo en perspectiva sé que así fue. Por otra parte, de aquellos momentos aprendí tantas cosas, cosas que me son y serán útiles para el resto de mi vida. Ahora que enfrento situaciones algo adversas, sé que también es por algo.

Ante cualquier tribulación creo que lo que en realidad necesitamos es confiar en Dios. Él sabe mejor que nosotros lo que nos es bueno, solo basta que lo dejemos actuar más en nuestras vidas y todo irá para bien. Aunque es difícil, nunca hay que perder la esperanza.

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